Existe hoy en día un
problema con relación a la llamada “música cristiana” y que va mucho más allá en lo que se refiere a la clase, la forma, y el estilo de música
que es tocada y cantada en nuestras Iglesias y del ambiente donde se
desenvuelven los cantantes cristianos.
Actualmente se invitan
a cantantes que piden por cada presentación grandes cantidades de dinero, más gastos de
transporte y alojamiento. Y todo esto con áreas de “fans”, autógrafos, fotos,
saludos y más. También llama la
atención la vestimenta de los mismos. Lo podemos comprobar mirando las
carátulas de sus discos y las fotos impresas dentro, sin olvidar sus
videos musicales oficiales.
La fama y la popularidad
de estos cantantes llega a tal extremo, que el público grita ante ellos, para
luego esperar por autógrafos haciendo filas para tener la oportunidad de
tomarse una foto con ellos.
Existen páginas dedicadas
a la promoción de estos cantantes famosos. Esas páginas Web hacen inclusive
concursos para ganarse la música de los cantantes o competencias de popularidad
entre cantantes.
Todo esto les ha creado
un gran ambiente de fama, y de ventas, ya que hoy en día tienen eventos para
galardonarles, que si mejor cantante femenino del año y más. Cuentan en su mayoría
con representantes y agentes que les promocionan y llevan sus agendas. Pero
todo es en base al negocio.
No se trata para nada de una
mera agenda para ir a cantar en una Iglesia o para compartir el don que Dios les
ha dado. No les decimos que
todos sean así, pero es algo que sin duda se está viendo, y mucho.
La palabra simonía deriva
de un personaje en la Biblia de los Hechos de los apóstoles llamado Simón el
Mago, quien quiso comprarle al apóstol Pedro su poder para hacer milagros y
conferir como ellos, el poder del Espíritu Santo, lo que le supuso la
reprobación del apóstol: ¡Que tu dinero, desaparezca contigo, porque pensaste
que podías obtener el don de Dios con dinero! ►Hechos 8: 20◄
EL SEÑOR NOS ADVIERTE EN: ►1 Juan
2:15-1◄
"No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo.
Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay
en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de
la vida, no proviene del Padre, sino del mundo"
El pecado de la Simonía
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