Una persona que ha tenido un verdadero arrepentimiento, creido y recibido a Cristo en su corazón como su Salvador personal, tendrá ciertas evidencias claras de salvación en su vida.
Al pensar en ellas, pregúntate: ¿Son dichas evidencias una realidad en mi vida?
Con toda seguridad Dios hablará a tu corazón mientras las comparas a tu propia vida.
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