Por lo general, tales mensajes, así como sus mensajeros, se presentarán bajo un manto piadoso. Su simpatía, el carisma que manifiesten, el supuesto poder que los acompañe, las buenas obras que hagan, la elocuencia con la que prediquen, y lo convencidos y genuinos que se vean, no son parámetros seguros para juzgar si vienen de Dios o no. Necesitamos otros signos más fidedignos. Por fortuna, en esto como en todas las cosas importantes, Dios no nos ha dejado huérfanos, sino que nos ha dado “La Palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro” 2Pedro 1: 19. La Palabra de verdad revelada en la Biblia, de cuyos principios el autor ha tomado para poder determinar si un mensaje proviene de Dios.
Dios no ha cambiado y
tampoco su Palabra. De igual forma, el viejo mensaje de Satanás apartando a
Adán y Eva del temor de Dios, tampoco ha cambiado. La antigua sugerencia es hoy
día presentada en infinidad de lugares de culto, denominaciones y grupos
independientes con una envoltura agradable y aparentemente escritural. ¡ESTEMOS
ALERTA!
Veamos lo que el Señor
nos dice a través de este mensaje y apliquémoslo a nuestras vidas sin dilación,
pues las palabras que estamos escuchando pueden ser, o bien “Palabras de vida
Eterna” o "veneno" que acabará con nuestra alma.
¿CÓMO RECONOCER SI UN MENSAJE ES DE DIOS?
¿Qué está pasando
actualmente? Hay tantas doctrinas nuevas y extrañas, tantos maestros con "nuevas revelaciones”. Todos parecen tener algunas escrituras que los respaldan.
Parece ser que ninguno está discerniendo lo que es de Dios y lo que es de
Satanás, lo que es necedad y lo que es correcto. El pueblo de Dios se está
confundiendo. Casi a diario están
surgiendo nuevas doctrinas, nuevas revelaciones y nuevos evangelios. Y esto se
va a poner aún peor. La Biblia advierte claramente que en los últimos tiempos habría
doctrinas extrañas que presentarían a otro Jesús, otro Espíritu y otro
evangelio.
El Apóstol Pablo juntó
a los ancianos de la Iglesia de Efeso y sus últimas palabras para estos santos
amados fueron: “Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de
vosotros lobos rapaces que no perdonarán el rebaño. Y de vosotros mismos se
levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los
discípulos” Hechos 2: 29-30.
Todo el tiempo en que
Pablo ministró a las Iglesias que él estableció, abrigó un temor que lo
seguiría hasta el día de su muerte. Era un temor que nunca se fue de Pablo,
“Por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar a cada uno” Hechos 20: 31. El temor era por los falsos maestros que entran para engañar.
Pablo dijo a los Corintios, “os celo con celo de Dios” 2 Corintios 11: 2. Sin
embargo no estaba hablando acerca de alguien que estuviera “robando sus
ovejas”.No decía, “¡Oigan,
estas ovejas son mías! Yo soy su maestro, están bajo mii autoridad”. Pablo
estaba más bien indignado de pensar que algún maestro se entremetiera entre sus
discípulos: “pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una
virgen para Cristo”.
Pablo decía que él
tenía una meta, un propósito, un deseo y es el deseo que todo verdadero Pastor
debe tener: Pararse en el día del juicio delante de Cristo y presentar a cada
hijo espiritual puro, sin mancha, santo y justo, arraigado y cimentado en la
Palabra. O sea, ¡verlos de pie delante de Su trono, con la certeza de que les
has dado el consejo completo de Dios. Que no fueron llevados de aquí para allá
con cualquier viento de doctrina, ni fueron engañados por doctrina de demonios.
Que pasaron cada prueba y cada juicio con la Palabra de Dios escondida en sus
corazones!
Si Pablo estuviera
vivo predicando desde el púlpito nos diría con lágrimas lo mismo cada vez que
hablara: ¡Estén atentos! ¡Viene una invasión! Por todos lados van a ser
bombardeados por falsos maestros y falsas doctrinas. Te presentarán a otro
Cristo. No serán del Espíritu Santo, sino de otro espíritu. “No será el
verdadero evangelio, será otro evangelio”.
Pablo confesó un temor
que tenía acerca de ellos: “Pero temo que como la serpiente engañó a Eva,
vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad de
Cristo” (2 Corintios 11: 3). Pablo sabía que los Corintios eran muy
susceptibles a los falsos maestros. Les estaba diciendo: “¡Ustedes están
ansiosos de oír algo nuevo!”
Sucede a menudo que un
cristiano maduro, de buen corazón, me entrega un video-mensaje y me dice:
“Debería oír a este predicador. Tiene un mensaje poderoso, increíble. Todo el
mundo habla de él. Así que lo escucho. Parece bien, ungido, nuevo y fresco.
Pero de repente el Espíritu se empieza a inquietar dentro de mí. ¿Le ha pasado
esto a Usted? Según va Usted escuchando, siente una intranquilidad –Usted
espera y sigue escuchando. No encuentra nada malo, pero hay algo que no suena
correcto. Y si continua, de repente… ¡Ahí está! ¡Un error! Un error craso,
total, ¡Una tremenda herejía! Una interpretación no escritural, fantasía, ideas
de hombre, como si se abriera un misterio. En definitiva, un mensaje que no
está de acuerdo con la Palabra de Dios.
Pablo estaba
sorprendido de la facilidad con que los Gálatas se habían dejado influir:
“Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la
gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino
que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo.
Más si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio
diferente del que os hemos anunciado, será anatema” Gálatas 1: 6-8.
Pablo estaba diciendo,
“Si no es el evangelio que han oído de mí, no es de Dios”. Es anatema,
perverso, mortal. Es un asunto serio, y te causará problemas si eres atrapado
por él. Por lo tanto, no lo tomes a la ligera. No lo toleres, y no seas
condescendiente con él. ¡Que el que lo predica sea para ti anatema” (alguien
maldecido por Dios).
No importa si un ángel
te aparece y te dice que el mensaje es de Dios. No importa si tú o tus amigos
“disciernen” que todo está bien. La Biblia lo pone de una manera sencilla: “Si
no está de acuerdo con el evangelio de Dios, es de Satanás, es “anatema”.
¿Cómo sabremos
entonces cuál es el verdadero evangelio y cuál anatema?. Déjenme decirles
primero lo siguiente: La doctrina no es
correcta simplemente porque el maestro parezca ser santo, hable bien, bueno,
piadoso y sincero. A lo largo de la historia de la Iglesia, las más dañinas
herejías han sido enseñadas por hombres que eran considerados buenos y
sinceros. Esto hace mucho más peligrosas las falsas doctrinas. Muchos cristianos
han dicho: “Pero él es un hombre tan bueno, tan sobrio, tan sincero –pero los
“ángeles de luz” del diablo también aparentarán lo mismo. Vendrán como
mensajeros de la justicia y de la verdad revelada.
Pablo dice que Satanás
trata de engañarnos, así como engañó a Eva en el paraíso. Él usa la misma
astucia, el mismo engaño: “Pero temo, que como la serpiente con su astucia
engaño a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados” 2 Corintios
11: 3. ¡Nada ha cambiado
desde ese entonces! El falso evangelio que Satanás presentó a Eva es el mismo
que promueve hoy en día –y todos los falsos evangelios tienen los mismos rasgos
en común. Dios no dejó este asunto tan importante sin explicar. Él lo dejó muy
claro, y hay claves absolutas que exponen las enseñanzas falsas:
1. Cualquier enseñanza que menoscaba el
temor de Dios es anatema, ¡del diablo!
Todos los falsos
maestros tienen este mensaje en común: “Tranquilízate, Dios no puede ser tan
duro, Dios es amor, No te va a herir, Él te ama. Un Dios amoroso quiere que
disfrutes la vida”. El truco del enemigo es desviarte del respeto reverencial y
del temor de un Dios Santo que juzga el pecado. Toda falsa doctrina tiene esta
dirección. Disminuir el temor de Dios en ti. No fue el poderoso y
absoluto temor de Dios que evitó que Adán y Eva lo desobedecieran. No fue su
amor por Dios, ni su comunión diaria. Fue esto: “Y mandó Jehová Dios al
hombre…del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que
de él comieres, ciertamente morirás” Génesis 2: 16-17.
Pero Satanás vino con
un suave mensaje: “No moriréis” Génesis 3: 4. Esto fue una total perversión
de la verdad -¡Otro evangelio! Sin embargo, esto era exactamente lo que Eva
quería oír. Algo dentro de ella se opuso al mandamiento de Dios. La limitación
del Señor parecía un yugo demasiado grande, y ella se irritó por llevarlo. Satanás
sabía que esto estaba en Eva, y comenzó a minar el temor de Dios en ella
inmediatamente: “¿Dijo realmente Dios esto? Dios no es así. Tienes un concepto
equivocado de Él. ¿Crees que Él te negaría conocimiento y sabiduría, cuando Él
mismo es Conocimiento y Sabiduría? ¿Qué clase de Dios crees que es?
¡Ciertamente no morirás!”.
Tú puedes sentir bajo una predicación fuerte de la Palabra, que parezca un fuerte yugo. Puedes irritarte con
ella y decir: “¡No me gusta!” Pero no te engañes: Esto es lo único que te
traerá libertad, paz y gozo. Sin embargo dentro de ti gritas, “¡No puedo servir
a Dios así, yo quiero libertad!”. Hay una enseñanza que
se maneja en el movimiento cristiano de "los dones espirituales” acerca de la
nueva libertad. Dice: “Ven a cantar, a gritar y a hablar en lenguas - ¡y luego
sal y vive como un demonio!”. Esto no es libertad. Es Satanás diciendo, “No
morirás. Dios no es tan severo. Él es demasiado amoroso, demasiado misericordioso”.
Satanás encontró un evangelio que se ajustaba a los deseos carnales de Eva –y
él encontrará uno que se adapte a cada cristiano impaciente con comezón de oír.
He oído de jóvenes
Pastores, piadosos y con el corazón quebrantado, que los han echado de sus
Iglesias o que están renunciando. Ellos predican santidad y el temor de Dios a
los adolescentes, pero los Pastores y los padres se quejan de que traen
esclavitud a la juventud: “No queremos que Usted predique esas cosas a nuestros
hijos”. Estos jóvenes (algunos de los cuales son hijos de predicadores) están
viviendo en una total rebelión. Son irrespetuosos, engañan a sus padres y
codician las cosas del mundo. Y los mensajes acerca de santidad y el temor de
Dios están haciendo temblar a estos muchachos que nunca antes los habían
escuchado. Hemos criado una
generación entera que está totalmente desprovista del temor de Dios. Nunca han
conocido nada acerca del juicio. Siempre han tenido lo que han querido. Ellos
dicen, “Queremos rock-and-roll”, y sus padres dice, “No los molesten. Traigan
el rock-and-roll a la Iglesia y pónganle letra cristiana”. O, “Ellos van a
tener relaciones sexuales de cualquier manera, así que démosles alguna
protección”.
Esta juventud nunca ha
conocido el temor de Dios, debido a que los pastores y sus padres han enseñado
que Dios es el gran alcahuete del cielo. Solamente un puñado de jóvenes
cristianos, hoy en día, caminan en santidad. ¿Por qué? Porque los Pastores son
demado débiles para predicar el evangelio en el púlpito –y porque los padres
están viviendo vidas dobles, y ¡sus hijos lo saben!.
Los Pastores hemos
sido llamados a predicar la Palabra con tal poder y autoridad que ésta produzca
un temor santo constante de Dios en cada oyente. Aquellos que no abandonen sus
pecados favoritos, no permanecerán mucho tiempo en la Iglesia, ya que se
sentirán ofendidos. Cerrarán sus oídos a la verdad y buscarán maestros que les
den permiso para satisfacer sus deseos carnales.
La Palabra de Dios
dice: “Y con temor de Jehová los hombres se apartan del mal”.
Proverbios 16:6.
El mensaje del verdadero evangelio debe
producir en nosotros:
*Un aborrecimiento del
pecado que no nos dé lugar a excusas o pretextos.
*Una convicción de
pecado por ser perezosos o tibios espiritualmente.
*Un entendimiento
profundo de que Dios no cierra sus ojos ante nuestros pecados.
*Una convicción de que
recogeremos lo que sembramos.
*Un justo y santo
temor de Dios.
*Una confianza de que
Dios nos librará de cualquier pecado que rechacemos y resistamos.
Para terminar, te
aconsejo de leer Isaías 11: 1-3. Este pasaje profetiza de alguien en quien el
Espíritu del Señor reposaría –Alguien a quien le “hará entender diligente en el
temor de Jehová”. ¡Este pasaje está hablando de Jesús! Y si Jesús caminó en el
temor del Padre y se deleitó en esto, ¡Cuánto más deberíamos hacerlo nosotros!
Ten cuidado con
cualquier mensaje que te quita la convicción de pecado, que produce en ti
flojera espiritual, que te relaja suavemente, y que te dice al oído: “Todo está
bien”. Todas estas frases tranquilizantes provienen de un falso evangelio.
2. Mantente alerta de cualquier evangelio que
te desvíe de una devoción única a Jesucristo.
Pablo nos advierte
seriamente que satanás se transformará en “ángel de luz” –que él levantará
falsos maestros, todos ellos haciéndose pasar por ministros de justicia. La luz representa la
verdad, el evangelio, la revelación. Satanás vendrá usando el amado nombre de
Jesús y tratará de engañar aún a los elegidos,“Que se disfrazan como
apóstoles de Cristo” 2 Corintios 11: 13.
¡Piensa lo terrible de semejante
cosa! Enfrentar los últimos tiempos bajo el poder de falsos apóstoles,
abrazando doctrinas de demonios, estando bajo el control de un falso espíritu.
¿Cómo puede suceder semejante cosa? ¿Cómo puede alguien sentarse bajo el
evangelio pervertido que Pablo describe y no darse cuenta? Sólo hay dos
maneras: Por rehusarse a abandonar los deseos carnales y caminar una descarada
desobediencia, y porque no le da el primer lugar al estudio de la Palabra, no toma
en serio la sana doctrina de Dios, y no se rige a ella como “Única Autoridad”.
La seducción será inevitable; tú la encontrarás y ella te encontrará a ti, y
estarás tan ciego que no te darás cuenta.
En el siglo XVIII se
introdujo en la Iglesia otro evangelio llamado antinomianismo, que significa
“contra la ley”. Hoy día este evangelio está más fuerte que nunca. Quita el
temor de Dios dando a entender que una vez que tú has creído puedes pecar y
nunca ser condenado porque Jesús ya lo pagó todo. El Dr. Tobías Crisp
era uno de los maestros de esta nueva doctrina que se extendió por toda
Alemania. Sus exponentes usaban el nombre de Jesús como estribillo: “¡Se habla
mucho acerca de la gracia y de “escudriñar nuestro corazón”, pero a mí dame a
Cristo! ¡Yo no busco las promesas, sino a Cristo!¡Yo no busco la sana Doctrina, sino a Cristo! ¡Yo no busco la
santificación, sino a Cristo! ¡No me hables de meditaciones u obligaciones,
dime de Cristo!”
Parece como una
profunda devoción a Cristo –un evangelio centrado en Jesús. Pero el mismo Jesús
enseñó que no todo el que le diga “Señor, Señor” entrará en su reino". No
cualquiera que use el nombre de Jesús estará predicando el verdadero evangelio. La doctrina del
antinomianismo está siendo predicada hoy en día y el movimiento cristiano de
“los dones del Espíritu” se está dejando engañar por ella, siendo enlazado y
hundiéndose cada vez más. Escuchen el resto de esta doctrina: “Un creyente
puede estar seguro de ser perdonado tan pronto como cometa un pecado, aunque
sea adulterio o asesinato. Dios no está enojado, aunque un creyente peque a
menudo. No hay ningún pecado que pueda cometer que a Él le pueda herir –por lo
tanto, no hay porqué temer al pecado. El pecado está muerto y no debe causar
terror. Si nosotros le decimos a los creyentes que deben caminar en santidad y
obedecer a Dios porque si no “Dios se va a enojar con ellos”, estamos
pervirtiendo las Escrituras. ¡Dios ya lo hizo todo en Cristo. Ya no hay nada
que temer!”
Es como si los
cristianos que abrazan esta doctrina estuvieran sentados en un hoyo profundo
esperando que Jesús pase. Están diciendo, “Señor, tú ya sabes dónde estoy, si
me amas sácame de aquí”. ¡No! ¡La Biblia manda que resistamos al diablo y huirá
de nosotros! Hemos hecho que los
cristianos parezcan un manojo de paralíticos inútiles, sin poder ni autoridad,
atados a hábitos pecaminosos, esperando una liberación milagrosa. No hay
ninguna lucha santa en contra del pecado, ni temor de Dios.
3. No hay devoción a Cristo, sin un camino de
santidad.
Así es como se debe
juzgar toda doctrina: ¿te conforma a la imagen de Jesucristo? Tú no puedes
decir que un evangelio es puro solamente porque el maestro habla en contra del
pecado o porque se refiera a menudo a Cristo. El movimiento de la Nueva Era 2
habla mucho acerca del “espíritu de Cristo”. He escuchado a falsos maestros
gritar el nombre de Jesús por el micrófono, voceando en contra de la
homosexualidad, las drogas y de los pecados de la sociedad. Pero cuando más lo
oigo, más me doy cuenta: “este hombre no está quebrantado, este mensaje no trae
convicción”.
Estos maestros actúan
ante la multitud provocando entusiasmo y emoción. Realmente no tienen
convicción, ni tienen un deseo ardiente de conformar a la gente a la imagen de
Cristo. A los cristianos les gusta ir a reuniones donde oyen a un predicador
hablar acerca de la falta de oración en las escuelas, y tal vez mencione algo
acerca de nuestra codicia, orgullo y adulterio, y de las cosas que están en
nuestro corazón. Pero luego viene la palabra suave, tranquilizante, y una vez
que se ha ganado la confianza de la gente, el temor de Dios es menospreciado.
Hay una prueba segura
para la verdadera enseñanza de santidad. Se encuentra en 2 Timoteo 2: 19: “Pero
el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los
que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de
Cristo”.
Yo siento cómo Pablo
debe haber sentido, un grito desgarrador para advertir al pueblo de Dios acerca
de lo que se viene. Vienen grandes guerras teológicas. Todo el movimiento “de
los dones espirituales” se dividirá en diferentes corrientes, cada uno
corriendo tras sus doctrinas, sus maestros y sus libros, acusándose unos a
otros de error y de falsa profecía. ¡Y todos van a creer que están defendiendo
la fe! No van a estar
luchando en contra del diablo, porque van a estar muy ocupados llamándose unos
a otros herejes. Será un tiempo de gran confusión, y un cristiano sin
preparación y sin discernimiento espiritual no sabrá a quien creer.
Amado, yo quiero
pelear contra el enemigo real. Debemos de quitar nuestros ojos de los maestros
y evangelistas, y hacernos estudiantes de la Palabra de Dios. “Procura con
diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué
avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” 2 Timoteo 2: 15. No busques
Pastores o a evangelistas. Irás tras uno y otro, y todos te fallarán, hasta que
al final pierdas la esperanza. ¡Quita tus ojos de todos los predicadores y
ponlos en Cristo Jesús y en su Palabra!
4. El verdadero evangelio tiene que ver con tu
corazón, porque de él mana la Vida.
Los fariseos vieron a
algunos de los discípulos del Señor comiendo pan sin haberse lavado las manos,
y “los condenaban” Marcos 7: 2. “Porque los fariseos y todos los judíos,
aferrándose a la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las
manos, no comen” Estos hombres le preguntaban a Jesús por qué sus discípulos no
caminaban en esta clase de “santidad”. Sin embargo, esto solamente era una
tradición ceremonial. Era sólo externa y tenía que ver con actos de la carne.
Jesús les contestó, “Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está
escrito: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí”.
Jesús dijo en esencia.
“Sus enseñanzas son vanas, no cambian el corazón. Son un espectáculo, son sólo
palabras, y actos fingidos”. Él nos está diciendo a nosotros, “Si un evangelio
no te da nada, y es solamente un culto de labios y no trata con el corazón, no
pierdas el tiempo con él. La verdadera doctrina tiene que ver con lo que mana
del corazón”. Jesús presente al problema con todos los falsos evangelios. Ellos
no tocan lo que corrompe el corazón. No traen convicción de pecado, ni cambian
el corazón. Ellos ofrecen una forma de piedad sin corazón. “Pero lo que sale de
la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre” Mateo 15: 18.
No me digas de los
milagros que suceden en tu Iglesia, la alabanza, la adoración, las profecías, o
lo bien que predica el Pastor. ¡No, dime acerca que si el Pastor predica sobre
el “arrepentimiento” y sobre “la santidad”, y de la necesidad de buscar a Dios
con un corazón puro! Dime, que aunque ellos no lo han alcanzado todavía, están
siendo llevados en esa dirección. Están permitiéndole a Dios que escudriñe y
pruebe sus corazones, para exponer sus actitudes pecaminosas.
Este es el verdadero
evangelio de Jesús. Un evangelio que convence el corazón de pecado, justicia y
de juicio, que trata con el corazón y ¡cambia el corazón! ¿Es este evangelio
que se te está predicando? ¿Te trae convicción de tus más profundos y
escondidos pecados? ¿De malos pensamiento? ¿De adulterio?,¿De fornicación?, ¿De
robo?, ¿De codicia?, ¿De maldad?, ¿De orgullo?, ¿De engaño?
Si no es así, entonces
busca y quédate en una Iglesia donde tu corazón sea expuesto, sacudido y
¡Cambiado para la gloria de Cristo!
Mensaje: Pastor David Wilkerson
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